Poema dedicado al maestro luchador

Poema dedicado a los profesores de la tierra iqueña. tierra donde el sol se hace eterno

MAESTRO CONSTRUCTOR DE SUEÑOS

Maestro, de caminar pausado y rostro templado por el tiempo.
¿Quién recuerda tu arduo sufrir, tu llanto matinal y tu crujir de huesos?
Quizás aquel  niño, que tirita de frió en las alturas,
o aquel mozuelo haraposo, de barrio marginal,                                                
tal vez  aquella hermosa niña de labios pintados,                                                                      que hoy vende su cuerpo en las negras calles                                                                          de una ciudad, que muere en la inmundicia.

Maestro, constructor de sueños que aun no sueñas, dime:
¿Quién arranco tus esperanzas y marchito tu fecunda vida?
Será aquel, que con vil puñal en mano te persigue por tus ideas,
Quizás aquel que bebe sorbo a sorbo de tus conocimientos                          
y  los sepulta en la cloaca del olvido.
O aquel, que te da migajas pregonando que te da manjares.

Maestro, que gritas a los cuatro vientos tu miseria,
Dime: ¿Por qué ya no se escucha  tu voz gritando al viento?
¿Por que solo se escucha el silbido del lamento?
A caso se perdió en el fragor constante de tus luchas.
Talvez se quedo perdida en aquella escuelita de barrio marginal,
Quizás Bajo las cuatro paredes de una cárcel criminal.

Maestro, recuerdas: ¡nunca de rodillas! ¡Siempre de pie!
¡La escuela no se vende! ¡La escuela se defiende!
¿Por qué  dejaste que quebraran tu columna vertebral?,
¿Por qué humilde te arrodillas por una migaja de pan?
¿Por qué dime, vendiste tu pluma al mejor postor?
¿Por qué? ¿Por qué? Murmuran los niños en sus labios si cesar.

Y entonces de entre las tumbas, resucitaras maestro para gritar:
¡Estos son! ¡Aquí están! los maestros del Perú.
Muy cerca  una fila larga, muy larga, de cadáveres hambrientos
te seguirán y cual eco que retumban los cerros a una sola voz repetirán:
¡El maestro luchando, también está enseñando!







                                                                              REVILLA LARA, Asunción Luis


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